Tu que coleccionas corazones
desfilando en tu pared.
Rotos, magullados,
crecidos de tu querer.
Toma el mío
deja que su sangre te acaricie…
la boca,
los brazos,
las piernas que te recorro con los ojos cuando no me vez.
Toca mi corazón ahora,
cuélgalo en tu pared
desde donde pueda verte desvestirte para apagar la sed.
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